Semana de los derechos del niño/a y adolescente: 15 al 19 de noviembre

En el mes de noviembre se conmemora el 36 ° aniversario de la Convención por los Derechos del Niño, documento emitido por las Naciones Unidas el 20 de Noviembre de 1989, suscripto por nuestro país en el año 1990 y dotado de rango constitucional a partir de la reforma de nuestra Constitución en el año 1994. La Ley 26.061 del año 2005 establece la obligatoriedad de su cumplimiento por parte de todas las instancias públicas y privadas (Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes)

36 años significa el alcance de la madurez en una persona, la consolidación de su personalidad y de un modo de ser único que se ha ido desarrollando y fortaleciendo a través de embates, crisis y cuestionamientos.

Lo mismo puede afirmarse de un documento internacional de protección a los derechos humanos que, además, resulta el Tratado Internacional que ha recibido mayor cantidad de ratificaciones en toda la historia de la humanidad (196).

Esta Convención es el corolario del arduo trabajo durante todo el siglo XX de distintas organizaciones independientes y gubernamentales, que supieron reconocer la importancia fundamental de la protección de la infancia para el desarrollo de las naciones, junto a la búsqueda de un mundo más igualitario que contemple la mirada de diversas sociedades, credos y culturas.

A lo largo de sus 54 artículos, busca garantizar a todo ser humano menor de 18 años las condiciones para alcanzar su pleno desarrollo físico, social y emocional, permitiendo su libre expresión, sin distinción de raza, color, idioma, nacimiento o cualquier otra condición, sea del propio niño o de sus padres o representantes legales. Reconoce a los menores de 18 años como agentes sociales, económicos, políticos, civiles y culturales.

En la actualidad continúan plenamente vigentes todos los principios de la Convención, ampliados desde los Protocolos Facultativos de los años 2000 y 2011, dirigidos a la protección de la infancia y adolescencia de las hostilidades en conflictos armados; la venta, explotación y abuso sexual de menores; y la autorización al Comité Internacional de los Derechos del Niño para denunciar e investigar sus violaciones por parte de los países firmantes.

La SAP tiene como uno de sus propósitos principales y fundacionales velar por la salud plena física, emocional y social de la infancia y adolescencia. A tal efecto es la voz permanente de NNyA junto a sus familias, en el reclamo del cumplimiento de los compromisos asumidos por nuestro país en este acuerdo internacional.

Nuestro país ha tenido, lamentablemente, una política errante que en la actualidad se ha profundizado hasta niveles alarmantes, verdaderos momentos aciagos en relación a la pobreza, la violencia de todo tipo, la destrucción de la educación, la vulneración de la salud que castigan con mayor crueldad a nuestros pacientes. Los pediatras somos, junto a los docentes, los profesionales con más cercanía a las familias.

Comunicar, escuchar, contener, acompañar, sostener son acciones que se transforman necesariamente en verbos transitivos, cuando de niños hablamos: comunicar-se, escuchar-se, contener-se, acompañar-se, sostener-se asientan sus bases en una relación profunda y de confianza, donde el paciente pone en manos del profesional de la salud su vida, su salud, su dignidad y su libertad; mientras que estos aportan su conocimiento científico para poder individualizar la mejor respuesta terapéutica para ese paciente en particular.

La salud de un niño es un trabajo de equipo que comparte un objetivo en común: el bienestar del paciente. Comunión, solidaridad, amor y compromiso son sus condimentos necesarios. Su superior interés, aquél que garantiza su dignidad aún en la fragilidad, es faro y norte del trabajo asistencial.


Subcomisión de Derechos de la niñez y adolescencia.

Sociedad Argentina de Pediatría

Noviembre 2025