Prevención del Daño Solar. Fotoeducación

Fotoeducación: Prevención del Daño Solar

La piel es un órgano de protección complejo que nos relaciona con el ambiente y nos protege de sus efectos nocivos. Posee varios mecanismos de defensa en relación a los efectos adversos de las radiaciones ultravioleta (RUV) emitidas por el sol. El bronceado no es un estado normal de la piel, sino que se trata de un mecanismo de defensa para disminuir el daño (fotodaño) frente a estas exposiciones. Dado que este daño es acumulativo, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables y se encuentran particularmente en riesgo.

La capa de ozono de la atmósfera actúa como un escudo protector evitando que gran parte de las radiaciones emitidas por el sol lleguen a la tierra. En los últimos años, algunas sustancias producidas por el hombre han ido dañando y adelgazando esta capa, por lo cual se ha perdido, en parte, esta protección.

En el verano debemos estar preparados para cuidarnos de los rayos del sol. Se ha planteado establecer “una nueva relación con el sol” que no se trata de evitar la vida al aire libre, sino de cambiar nuestros hábitos.

¿Por qué protegerse?

El sol emite distintas radiaciones. Las RUV (B o A) dañan la piel. Algunos de estos daños se producen de inmediato (daño agudo) y son ocasionados por una exagerada exposición solar. Tal es el caso de la quemadura solar.

A su vez, existen riesgos importantes con la exposición a largo plazo. Cuando las quemaduras de la piel se producen año tras año, el daño se va acumulando y la piel se vuelve más vulnerable, pudiendo transformar las células de la piel. Así deviene el envejecimiento prematuro, el aumento de las arrugas, los tumores benignos y malignos. Las RUV son la principal causa de cáncer de piel. La cantidad de tumores malignos (melanomas) se ha duplicado en los últimos 40 años.

Además, la exposición a las RUV puede producir lesiones en las córneas, cataratas y disminución de las defensas frente a virus o bacterias.

Los Protectores solares:

  • Los protectores solares son compuestos que ayudan a prevenir la llegada de las RUV a la piel. El factor de protección solar (FPS) es la medida de capacidad que tiene un bloqueador solar para evitar que los rayos solares dañen nuestra piel. En términos de porcentaje podemos decir que un FPS 15 bloquea aproximadamente el 93% de las RUV, un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 99%.
  • Se recomienda para los niños protectores solares con no menos de FPS 30.
  • Es importante siempre leer las etiquetas de los productos. Se desaconsejan aquellos productos que posean: parabenos, palmitato de retinol, oxibenzona, avobenzona y fragancias.

Es importante recordar que los padres somos modelos a seguir para nuestros hijos. Asegúrese de que ellos aprendan de usted a protegerse del sol.

El bronceado no es un estado normal de la piel, es el mecanismo de defensa de la misma para disminuir el daño ante nuevas exposiciones.

El efecto del sol es acumulativo, por esta razón los niños se encuentran en mayor riesgo.

NO SE TRATA DE VIVIR SIN SOL.

TENEMOS QUE APRENDER A CONVIVIR CON ÉL.

CUIDAR LA PIEL DE LOS NIÑOS ES PROTEGER SU SALUD EN EL FUTURO.

 

Proteger a los niños y adolescentes de la exposición solar:

  • No exponer al sol directo a niños menores de 1 año.
  • Asegurarse que los cochecitos estén provistos de una cubierta o campana para protegerlos del sol durante los paseos diurnos.
  • Evitar la exposición al sol directo entre las 10  y las 16 horas.
  • Recordar para evitar el sol directo: “SOMBRA CORTA - RIESGO ALTO”
  • Buscar lugares con sombra: sombrillas, techados, árboles etc.
  • Usar ropa adecuada: holgada, clara, fresca y de trama lo más cerrada posible, mangas y pantalones largos. Cubrir la cabeza con sombreros, gorras con viseras, pañuelos.
  • Protegerlos aún los días nublados ya que la radiación solar atraviesa las nubes.
  • Especial atención en las superficies que reflejen los rayos solares como el cemento, la arena, el agua, la nieve o superficies brillantes.
  • Usar anteojos que bloqueen las radiaciones, no tienen porque ser oscuros ni costosos.
  • Se contraindican camas y lámparas de bronceado en la infancia y adolescencia. Tampoco se aconseja esta práctica para los adultos. En caso de querer estar bronceados se pueden utilizar cremas autobronceantes.
  • Se recomienda siempre el uso de protectores solares, el factor de protección (FPS) no debe ser menor de 30, en algunos casos puede estar indicado el FPS 50 (en cremas, loción, spray, leches, geles). Contraindicados los protectores solares en niños menores de 6 meses.
  • Aplicar el protector por lo menos 20-30 minutos antes de la exposición y se debe renovar su aplicación cada 2 horas cuando la piel está seca o cada vez que se sale del agua o se frota o limpia una zona. Una buena capa y en forma pareja. No olvidarse de las orejas, el cuello, el dorso de manos y pies que son zonas muy expuestas.
  • En caso de necesitar la colocación de repelente, colocar primero el protector solar y aproximadamente 30 minutos después el repelente.
  • La protección debe realizarse aún cuando la piel esté bronceada.
  • Se aconseja la consulta al dermatólogo una vez por año, sobre todo aquellos niños y adolescentes con pieles sensibles (piel blanca, con pecas, muchos lunares, ojos celestes, cabello rubio o pelirrojo o antecedentes de cáncer de piel en la familia) y en todas aquellas oportunidades en que sea necesario.
  • Protegerlos también mientras realizan deportes al sol.
  • Todas estas recomendaciones también valen para los adultos.
  • Enseñe a sus hijos a protegerse de la exposición al sol durante el período que transcurre en la escuela. El protector solar debe incluirse entre otros artículos que lleva.

.Comité Nacional de Salud Infantil y Ambiente

Sociedad Argentina de Pediatría