Ácaro del polvo doméstico Mascotas Hongo ambiental: Alternaria Alternata
Los aeroalergenos son partículas muy pequeñas, invisibles al ojo humano, suspendidas en el ambiente
que cuando ingresan al organismo, en personas sensibles, ocasionan síntomas como estornudos,
congestión y picazón nasal y de ojos; y/o broncoespasmos con tos y falta de aire.
La mayoría de los niños alérgicos, particularmente con síntomas respiratorios, están sensibilizados a
algún alérgeno del medio ambiente, principalmente del interior de las casas, tales como ácaros del
polvo doméstico, mascotas, hongos anemófilos y cucarachas. De ellos, el polvo de habitación es
la más común. Este se halla presente en mayor o menor medida en todos los hogares, especialmente
en el dormitorio, y su capacidad de generar alergia se atribuye a unos organismos microscópicos
denominados ácaros. Estos se desarrollan en ambientes húmedos y a temperaturas confortables
exclusivamente dentro de los hogares y ambientes cerrados.
De los animales domésticos son relevantes el gato y el perro cuyos alérgenos se producen
principalmente en las glándulas sebáceas y saliva que se almacenan en la piel y el pelo.
La presencia de hongos en los domicilios es favorecida por la existencia de paredes húmedas
especialmente en baños y dormitorios. Pólenes de gramíneas, malezas y árboles, que se diseminan
con el viento en el ambiente externo, completan el espectro de aeroalergenos.
El diagnóstico de la sensibilización alérgica se realiza mediante pruebas rápidas e indoloras
sobre la piel por un especialista en Alergia e Inmunología infantil. Esto nos permite después dirigir
específicamente las medidas para la reducción de alérgenos en el hogar, aunque su eliminación total
no siempre es posible de conseguir.
Entre las medidas de control de ácaros se deben considerar:
a. El dormitorio debe estar bien ventilado, sin manchas de humedad y, de ser posible, debe dar al
exterior para el soleado de las habitaciones.
b. Limpiar periódicamente el dormitorio sin levantar polvo con uso de paños húmedos o
aspiradoras con filtros de alta eficiencia y doble bolsa de recolección. Evitar el barrido y el uso
de plumeros.
c. Cubrir colchones y almohadas con fundas impermeables a alérgenos.
d. Lavar la ropa de cama y peluches pequeños a más de 50°C.
e. Se desaconseja el uso de alfombras fijas o móviles que acumulan polvo en exceso.
f. Los ácaros no son afectados por aerosoles comerciales que prometen la desinfección de
gérmenes y por acaricidas específicos.
Para el control de alérgenos de hongos es fundamental evitar su acumulación en paredes húmedas
y la limpieza periódica de las mismas.
Si se comprueba alergia a los animales domésticos, lo ideal es que permanezcan fuera de la casa. El
ingreso, aunque sea periódico, no es conveniente dado que sus alérgenos permanecen mucho tiempo
aun en ausencia de la mascota. Siempre se debe tener en cuenta el impacto psicológico y afectivo que
produce esta medida.
Se deben usar productos químicos específicos para la erradicación de cucarachas así como
controlar sus fuentes de refugio y alimentación.
En las épocas de mayor polinización se recomienda usar máscaras o barbijos en actividades al aire
libre y evitar el ingreso de los mismos a los domicilios manteniendo cerradas puertas y ventanas en
determinados horarios.
Como complemento del control ambiental de alérgenos, se deberá evitar la presencia en el aire de
irritantes como aerosoles insecticidas, ambientadores, productos de limpieza (lavandina), barnices,
solventes y humos nocivos de chimenea o leña. Es fundamental evitar el humo del cigarrillo derivado
del hábito de fumar de padres y convivientes.
La reducción de la cantidad de alérgenos e irritantes puede contribuir al control de los síntomas
de alergia siempre que se mantengan en el tiempo y se complementen con otras medidas como
tratamiento con medicamentos y vacunas desensibilizantes específicas con alérgenos que le
indique su especialista.
Comité Nacional de Alergia de la Sociedad Argentina de Pediatría