La Dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy común en los niños.
Suele presentar una evolución crónica, es decir, permanecer varios años y cursar con brotes y remisiones.
¿Cómo se manifiesta?
Puede comenzar durante la lactancia o más tarde.
La piel se ve seca y enrojecida en diferentes grados acompañados de picazón. La picazón puede ser tan intensa que llega a afectar el sueño y, además por el rascado, pueden infectarse en forma secundaria.
El tipo de manifestaciones y la localización de las lesiones varían según la edad del niño.
En los lactantes, a partir de los 2 a 3 meses de vida, se inflaman las mejillas, el tronco, la superficie de extensión de los brazos y piernas en grado variable, pudiendo comprometer y verse exacerbada en el área del pañal.
Entre los 2 y los 12 años las lesiones, si bien pueden presentarse en las mismas localizaciones como en los bebés, comprometen más los pliegues (de los codos o detrás de las rodillas, cuello, muñecas, tobillos y los pliegues entre los glúteos y las piernas).
En la adolescencia y adultez, se afectan más el dorso de las manos, los párpados superiores y cuello, con tendencia a presentar dermatitis crónica, con áreas de piel más gruesa, oscura y seca.
¿Quiénes pueden tener dermatitis atópica?
Es más frecuente en niños con antecedentes de dermatitis atópica, rinitis y conjuntivitis alérgica o asma en la familia. También quienes pertenecen a familias pequeñas con niveles socioeconómicos y educativos altos y quienes viven en áreas urbanas con altos niveles de polución, pero niños sin estos antecedentes también pueden presentar la enfermedad.
Está comprobado que la dermatitis atópica empeora con el clima frío.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Con los antecedentes y las manifestaciones clínicas se hace diagnóstico de dermatitis atópica. Rara vez es necesario realizar exámenes complementarios o consulta con el alergista infantil y, si se hacen, es para descartar otras enfermedades que se parecen a la dermatitis atópica.
¿Cómo se trata la dermatitis atópica?
Si bien la dermatitis atópica cursa con brotes y remisiones, el objetivo es mantener al niño libre de brotes el mayor tiempo posible.
Para ello, unas simples medidas para el cuidado de la piel es el pilar fundamental: baños cortos y tibios con jabones cremosos o syndets (sustitutos del jabón que se comercializan en diferentes presentaciones) secando la piel con palmaditas sin friccionar y el uso de ropa de algodón en contacto con la piel, evitando posibles irritantes como productos perfumados, detergentes y el contacto directo con ropa de lana, polar, lycra o nylon e indicar el uso de cremas, emulsiones o lociones humectantes inmediatamente luego del baño y varias veces por día más, según la necesidad de cada niño.
Comité de Dermatología