Las pantallas han facilitado la comunicación y en tiempos de restricciones nos acercan a amigos y familiares, pero también existen riesgos en el uso excesivo, por eso es importante tener en cuenta ciertas recomendaciones para su uso.
Las niñas y niños se encuentran en pleno crecimiento y desarrollo con ventanas de vulnerabilidad en las que presentan mayor riesgo frente a la exposición de los contaminantes ambientales físicos, químicos y biológicos que pueden ocasionar daños en su salud que debemos prevenir. Así como nos preocupan los riesgos asociados a las
condiciones inapropiadas de las condiciones de vida como falta de agua potable, cloacas o una buena gestión de residuos entre otros, las radiaciones no ionizantes son contaminantes físicos producto del uso de los aparatos antes descritos, no son menos importantes y deben empezar a ocupar la atención de pediatras y padres.
Abramos entonces una ventana desde el enfoque ambiental sobre este tema tan complejo para las familias y los profesionales de la salud.
Los teléfonos celulares y otras pantallas, tablets y computadoras emiten radiaciones no ionizantes de baja frecuencia, del tipo radiofrecuencia. También se denominan radiaciones por microondas (MWR).
Estas microondas a diferencia de las radiaciones ionizantes, como los rayos X o gamma, no pueden escindir los enlaces químicos ni causar ionización en el cuerpo humano (OMS).
La principal consecuencia de la interacción entre las radiaciones no ionizantes y el cuerpo humano es el calentamiento de los tejidos. Sin embargo, extensos informes científicos han documentado efectos biológicos no térmicos a partir de la exposición crónica.
Con respecto a la población infantil sobre radiaciones no ionizantes, la velocidad de absorción de la radiación por microondas (MWR) es mayor en niñas y niños que en adultos debido a que sus tejidos cerebrales son más absorbentes, sus cráneos más delgados y su tamaño relativo es menor. El feto es particularmente vulnerable a la radiación por microondas (MWR) afectando una vaina protectora de sus neuronas.
La Academia Americana de Pediatría propicia que se realicen más estudios de investigación sobre los efectos que a largo plazo puede ocasionar el uso de los teléfonos celulares especialmente en la infancia. También propone la revisión de normas para adecuarlas al uso actual de estos dispositivos.
Teniendo en cuenta que las niñas y niños van a tener una exposición prolongada y acumulativa a estas radiaciones, el objetivo es prevenir los riesgos habida cuenta que estos dispositivos tienen un uso mayor en nuestra vida cotidiana. Los efectos biológicos están directamente relacionados con la potencia y la duración de la exposición. Los niños son más vulnerables a la radiación emitida por eso se trata de minimizar los riesgos.
Recomendaciones para “un uso seguro”:
● Usar un teléfono celular a 15 cm. La distancia disminuye los riesgos.
● A menos que un teléfono celular esté apagado, siempre está irradiando.
● Cuando no se utiliza, no se debe mantener en el cuerpo. El mejor lugar para un teléfono celular son los bolsos o mochilas.
● Los dispositivos deben mantenerse alejados del abdomen de una mujer embarazada y una madre no debe usar un teléfono celular mientras amamanta.
● Los monitores de bebés no deben ser colocados en la cuna de un bebé.
● Las niñas, niños y adolescentes necesitan saber cómo utilizar estos dispositivos de forma segura. Retirar los teléfonos celulares de las habitaciones mientras duermen.
● Debido a que el riesgo es acumulativo y la radiación se absorbe con más horas de uso, deben aprender a minimizar el uso del teléfono celular.
● La conexión a Internet con un cable no emite radiación y su uso debe fomentarse. Utilizar celulares con cable o el sistema de “manos libres”.
● Los routers Wi-Fi en el hogar deben ser colocados lejos de donde la gente, especialmente niñas y niños, pasan la mayor parte del tiempo.
● No guardar los teléfonos celulares cerca de las zonas genitales .
● No deje que su hijo utilice un teléfono celular en forma innecesaria.
● Se debe utilizar para escuchar música o jugar en “modo Avión”.
● Usar Whatsapp o MSN es menos riesgoso que hacer llamadas.
● Utilice el teléfono inalámbrico lo menos posible.
● Limite el uso del celular a áreas con “buena recepción” ya que cuanto menor sea la misma más radiación emite y más profundas y peligrosas son las ondas de radiofrecuencia.
● Evite llevar el celular encendido en su cuerpo y no duerma con el móvil debajo de la almohada.
● Respete a los demás, muchas personas son altamente sensibles a la radiofrecuencia.
● Elija un aparato con el SAR (Tasa de Absorción Específica) lo más baja posible.
La recomendación de la Subcomisión de Tecnologías de Información y Comunicación de nuestra Sociedad desaconseja el uso de las pantallas antes de los 18 meses, lo recomienda con estrecha supervisión de los 18 a los 24 meses y luego supervisar y acompañar a los niñas y niños para evitar la exposición a contenidos inapropiados y en horarios que afectan el sueño y la comunicación familiar Lo que abordamos es un tema que llegó para quedarse, no se trata de prohibir ni de naturalizar, se trata de conocer, informar y prevenir.
Comité Salud Infantil y Medioambiente
Sociedad Argentina de Pediatria
Bibliografía
● https://cordis.europa.eu/project/rcn/89894/brief/es
● L. Lloyd Morgan, Santosh Kesarib, Devra Lee Davisa (MWR), Why children absorb
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and Ultrastructure 2 (2014) 197–204
● Dr. Ariel Melamud y Dra. Ingrid Waisman Pantallas: discordancias entre las
recomendaciones y el uso real . Arch Argent Pediatr 2019;117(5):349-351 / 349
● https://www.healthychildren.org/Spanish/safety-prevention/all-around/Paginas/cellphone-
radiation-childrens-health.aspx