Los primeros años de la vida son cruciales para el establecimiento de hábitos saludables.La lectura de cuentos es una actividad ideal para lograr este propósito. Esta actividad tiene que ser placentera y desprovista de cualquier signo de obligatoriedad. Debe reiterarse regularmente para que logre instalarse como hábito. ¿Qué beneficios aporta? La lectura de cuentos, estimula entre otras cosas:
¡Todos recordamos a las personas que nos leían de niños o que nos contaban historias!
El propósito fundamental es que el niño adquiera el hábito lector¿Y qué significa que un niño sea un lector o tenga el hábito lector? Significa descubrir el placer que aporta la lectura, comprobar que al abrir un libro se despliega un universo de situaciones y emociones. El niño se apropia del libro, lo hace suyo, está dentro de su universo, no lo considera ajeno o reservado a otros sectores. Le pertenece por derecho. ¿Y cómo podemos lograrlo? “Todos los expertos coinciden en que para que un niño se transforme en un lector hay que acercarlo al libro precozmente y leerles en voz alta” Michelle Petit, Antropóloga francesa, Socióloga e Investigadora de lectura Infanto-juvenil. A diferencia del juego, que es innato, el hábito de la lectura se aprende, se adquiere y siempre tiene que haber un adulto que lea. Los tres vértices imprescindibles para lograr esto son: “un niño, un libro y un adulto comprometido”. ¿Y cómo leer en el 1° año de vida? Segun Yolanda Reyes (escritora colombiana y experta en literatura infanto-juvenil ), desde el nacimiento están los llamados “libros sin páginas”. Son todas las canciones de cuna, los arrullos, palabras amorosas, movimientos y sonidos rítmicos junto con caricias, que hacen que al escucharlas, el niño evoque sonidos rítmicos y voces que les llegaban cuando aún estaba en la panza de su mamá. Entre los 4 y 6 meses, cuando el niño comienza a incorporarse y tomar objetos, aparecen los “libros juguetes”. Son libros hechos con materiales resistentes (plástico, tela, cartón plastificado) con imágenes grandes y coloridas. Este libro será llevado a la boca, mordido, arrojado al suelo. Irá a la bañera. Ésta es su forma de leer. Alrededor del año aparecen los “libros de imágenes”, en cartón plastificado. Con imágenes de objetos conocidos por el niño, coloridas, sin textos, donde el adulto puede ir nombrando lo que se ve e ir armando una historia simple. Es importante saber que la atención a esta edad es muy fugaz y deben ser respetados los tiempos del niño. La lectura nunca debe ser forzada siempre tiene que estar unida al placer. Hay que tratar de que esta actividad, aunque sea fugaz, se reitere cotidianamente para que el niño la espere con placer y se vaya instalando como hábito. Sugerencias e ideas para leer con los bebés: Para contar cuentos a los niños, no es necesario tener cantidades de libros. Los padres pueden:
…Y sobre todo jugar y divertirse con él!
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