¿POR QUE HAY NIÑOS CON UN SOLO RIÑON?
La presencia de un riñón único en la edad pediátrica puede estar presente desde el nacimiento (agenesia renal), detectado generalmente en la ecografía del control de embarazo, o en edades más avanzadas, a consecuencia de una nefrectomía (cirugía que extirpa el riñón) por una malformación urológica, por traumatismo renal o masa tumoral.
¿CÓMO DIAGNÓSTICAMOS LA AUSENCIA DE UN RIÑON?
En la actualidad la mayoría de los riñones únicos son detectados por la ecografía realizada en el control del embarazo. Otras veces, se descubre al realizar una ecografía renal o abdominal para estudio de una infección urinaria o algún síntoma digestivo. Es de destacar que el riñón ausente o no funcionante no tiene síntomas ni signos clínicos característicos, en general no causa dolor ni reduce las actividades diarias y su descubrimiento suele ser un hallazgo casual.
CUIDADOS Y CONTROLES PARA EL PACIENTE MONORRENO
¿DIETA LIBRE O DIETA CONTROLADA?
En condiciones normales, la función de ambos riñones es suficiente para sostener el metabolismo corporal; sin embargo, cuando todo el trabajo recae sobre un solo riñón puede desarrollarse, por un mecanismo compensador, el aumento del tamaño renal (nefromegalia o riñón vicariante). En estas circunstancias, un exceso de proteínas en la dieta habitual podría ocasionar una lesión progresiva e irreversible, lo cual se traduce inicialmente con un aumento de la perdida microscópica de albúmina en orina. Para evitar esta evolución, se recomienda una dieta controlada en proteínas y sodio, ya que es bien conocido que el exceso de su consumo conlleva a la sobrecarga de trabajo renal. Asimismo, se aconseja mantener un peso saludable, evitando el sobrepeso y la obesidad, que también conllevan a sobrecarga de trabajo renal.
Mantener estas indicaciones alimentarias suele ser una tarea difícil de cumplir y requiere del refuerzo continuo, por parte del equipo de salud (pediatra-nefrólogo-nutricionista).
¿ACTIVIDAD FISICA LIBRE O RESTRINGIDA?
El trauma renal en actividades deportivas es un evento poco frecuente. Se encuentra generalmente asociado a deportes de impacto o choque y puede ocurrir por golpe directo o por desaceleración. Existen estudios recientes que identifican al ciclismo, rugby, ski, patinaje, artes marciales, equitación, handball, fútbol competitivo, etc, como actividades atléticas propensas a sufrir traumatismos renales. Al respecto, la Academia Americana de Pediatría recomienda evitar este tipo de deportes, y aunque la indicación sigue siendo tema de debate, actualmente se ha consensuado que los pacientes participen de estos deportes, previa aclaración al niño (si fuera posible) y a sus padres sobre los riesgos potenciales.
USO DE FÁRMACOS EN EL PACIENTE CON RIÑÓN ÚNICO SANO
Determinados medicamentos deben administrarse con precaución, considerando su potencial nefrotoxicidad. Entre los más utilizados podemos mencionar las drogas antiinflamatorias como ibuprofeno, diclofenac, naproxeno y antibióticos aminoglucósidos (amikacina, gentamicina). Como medicación analgésica y antifebril, en este grupo de pacientes, debe optarse en primera instancia, por el uso de paracetamol y dipirona. Asimismo debe tenerse precaución en mantener una adecuada hidratación, que puede verse amenazada ante la combinación de la sudoración excesiva por la fiebre sumado a pérdidas gastroenterales como por ejemplo, cuadros de diarrea y vómitos.
Es fundamental la supervisión médica para la administración de cualquier medicación, así como para la realización de estudios radiológicos que requieran el uso de contraste.
CONTROL NEFROLÓGICO PERIODICO
En condiciones normales, la función renal responde al proceso dinámico del crecimiento físico, adaptándose a los cambios corporales. Hay etapas puntuales de la vida, como la pubertad y el embarazo, o frente a patologías concurrentes, que requieren control cercano del funcionamiento renal en este grupo de pacientes.
Se aconseja la consulta nefrológica periódica para evaluar y reforzar el cumplimiento de las indicaciones nutricionales, promoviendo hábitos de vida saludable, que incluyan además de la alimentación y el ejercicio físico, desalentar fuertemente el hábito tabáquico. Asimismo, este control debe incluir la toma de la presión arterial y medición de la albuminuria. También se sugiere el control ecográfico para valorar el crecimiento renal, así como los análisis de laboratorio que permiten evaluar el funcionamiento renal, individualizados según criterio médico.
EVOLUCIÓN
La evolución de un paciente monorreno, en líneas generales, cumpliendo con los mínimos controles nutricionales aquí referidos es semejante a la de cualquier persona con ambos riñones. El riñón único con funcionamiento normal se preserva normalmente a través del tiempo, de modo que excepto ante la eventual aparición de alguna patología concurrente, no representa un riesgo significativo de progresión hacia la insuficiencia renal crónica.
CONCLUSIONES
El cumplimiento de una dieta normoproteica y normosódica, junto a una ingesta liquida (agua preferentemente) generosa y al mantenimiento de un peso corporal saludable permiten un crecimiento adecuado y evitan la sobrecarga de trabajo renal. Se aconseja asimismo el control de la presión arterial, ya que es conocido el efecto deletéreo de la hipertensión en el funcionamiento renal. Se desaconseja el consumo de tabaco. Asimismo, el efecto benéfico de la actividad física aeróbica controlada sobre la salud general está ampliamente establecido. El cumplimiento de estas pautas y la supervisión médica periódica son beneficiosas para todo paciente con riñón único sano.