Editorial
Un nuevo ciclo En Noviembre de 1999 se hizo cargo de la conducción de la SAP la nueva Comisión Directiva; como así también también las autoridades electas de las Regiones, Filiales, Delegaciones, Comités Nacionales, Subcomisiones y Grupos de Trabajo. Este conjunto de personas, que constituyen un verdadero grupo de trabajo, tendrá por los próximos tres años la gran responsabilidad de llevar adelante los proyectos que se vienen cumpliendo en gestiones anteriores y los que se están preparando en esta nueva gestión. La descripción del
plan general de trabajo ya ha sido enunciada oportunamente,
pero vale la pena resaltar la continuidad y el refuerzo que
daremos al PRONAP y a los programas de evaluación del
Consejo de Evaluación Profesional y los de acreditación
de residencias; la orientación prioritaria que tendrán
los programas de educación continua, hacia el refuerzo
del rol del pediatra en el primer nivel de atención;
el refuerzo de la capacidad de gestión de las Filiales;
el desarrollo de la informática en las tareas docentes,
asistenciales, administrativas y en la integración nacional
de la Sociedad; el aumento del contacto de la SAP con la comunidad
y el énfasis de su rol en educación para la salud;
el aumento del acercamiento con la sociedades de especialidades
pediátricas, con las sociedades de Pediatría de
América Latina, con ALAPE, la entidad que las agrupa,
y la colaboración con autoridades de Salud Pública.
Es evidente que esta tarea
no puede ser cumplida sin el concurso y la participación
de todos los miembros de nuestra Sociedad, tanto los pediatras
como aquellos profesionales de otras disciplinas que colaboran
desde hace tiempo en un verdadero trabajo interdisciplinario.
La Sociedad Argentina de Pediatría puede afrontar proyectos
de dimensión nacional porque estamos juntos. Este es
un hecho esencial que nos da fuerza y debemos cuidar mucho.
La pertenencia a grupos de interés y valores comunes
en esta época, que se ha dado en llamar posmoderna, ofrece
posibilidades de desarrollo grupal y aun personal muy grandes.
Vivimos una época muy especial, en cuanto a que la moral
prevalente no está irrigada, como en el pasado, por los
imperativos del deber y coexiste con el debilitamiento de las
instancias tradicionales del control social (iglesia, sindicato,
familia, escuela, etc.). Esta situación puede parecer
desalentadora, pero viene acompañada también de
un profundo anhelo, necesidad y reclamo de la sociedad toda,
de encontrar caminos alternativos para una vida más solidaria,
en un mundo más acogedor y en una sociedad más
justa. Es precisamente en estos momentos, cuando desde organizaciones
como la Sociedad Argentina de Pediatría los individuos
y los grupos pueden encontrar una plataforma de lanzamiento
de proyectos que compatibilicen el desarrollo profesional con
los intereses institucionales, como lo viene desarrollando nuestra
sociedad desde hace casi 90 años. La tarea que hay por hacer
en los próximos tres años es difícil, pero
a su vez, está llena de posibilidades. Debemos tomar
este desafío y usar los instrumentos que tenemos a nuestra
mano: la imaginación, la creatividad, el esfuerzo, el
compromiso y ponerlos al servicio de nuestros preciados valores:
la salud de los niños y la dignidad de nuestra profesión.
Dr. Horacio Lejarraga
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