Cómo manejarse ante un cuadro febril

 

Debemos saber que cuando hablamos de fiebre nos referimos a la elevación de la temperatura corporal a un valor mayor o igual a 38° constatada con termómetro. Se considera febrícula de 37. 5º a 37.9º.

Este es uno de los motivos más frecuentes de las consultas pediátricas y el signo clínico que más se observa dentro de las diferentes enfermedades infantiles. Es la manifestación del sistema inmune del organismo, que se activa ante el ingreso de un germen más comúnmente un virus o una bacteria. No siempre la magnitud de la fiebre está en relación con la gravedad del cuadro que el/la niño/a está cursando.

Si el/la niño/a tiene fiebre, sugerimos consultar al servicio de emergencias SIEMPRE Y DE FORMA INMEDIATA sí:

·     Es menor de 3 meses.

·     Llora en forma inconsolable. Se encuentra irritable.

·     Si está muy dormido, cuesta despertarlo.

·     Si tiene dificultad para respirar, está agitado.

·     Parece muy enfermo, no se lo ve bien.

·     Tiene alguna enfermedad previa o de base que disminuye sus defensas.

·     Tiene manchas o puntos rojos en la piel que no desaparecen al ejercer presión sobre ellos

·     La fiebre es alta (mayor a 39º) y persistente (no baja con antitérmicos).

·     Tiene vómitos persistentes (vomita todo lo que toma).

Los antitérmicos NO CURAN solo se indican para mejorar los síntomas ocasionados por la fiebre y darle confort al paciente.

El uso de antitérmicos depende de la edad y el peso del niño.

En menores de 6 meses de edad y en mayores de 6 meses podremos utilizar:

- PARACETAMOL GOTAS: 2 gotas por kilo

- PARACETAMOL JARABE: el peso del niño dividido 2 nos da la cantidad de ml que debemos administrar (dosis máxima 20ml)                                                                        

En mayores de 6 meses de edad podemos utilizar:

- IBUPROFENO JARABE 2%: el peso del niño dividido 2 nos da la cantidad de ml que debemos administrar (dosis máxima 20 ml)

- IBUPROFENO JARABE 4%: el peso del niño dividido 4 nos da la cantidad de ml que debemos administrar (dosis máxima 10 ml).

En todos los casos los antitérmicos pueden administrarse cada 6 u 8 horas (solo si el niño tiene fiebre o dolor, NO SE DA DE FORMA REGLADA, POR ESTAR CURSANDO UN CUADRO FEBRIL)

El descenso de la temperatura corporal luego de su administración no es inmediato, puede demorar y si baja 1 grado, por ejemplo, de 38º a 37º, ya es efectivo. El asociar medios físicos como el baño (agua tibia y dejar allí con la supervisión de un/a adulto/a hasta que se vaya enfriando) ofrecerá alivio precoz.

La duración de la fiebre dependerá de la causa que la esté provocando, en la mayoría de los casos se debe a infecciones virales que tienen una duración entre 5 a 7 días, resolviéndose el cuadro de manera espontánea (sin necesidad de usar antibióticos).

Mientras dure la fiebre sugerimos mantenerlos bien hidratados, ofrecer comida liviana sin forzar, y evitar la concurrencia a clases o al jardín maternal y el contacto con personas de riesgo (ancianos o personas con enfermedades crónicas), al menos hasta 24 horas posteriores al último registro febril.

Sabemos que muchas familias tienen temor o miedo ante la presencia de fiebre, a la posibilidad de presentar una convulsión febril. Algunas pautas a tener en cuenta:

- Aparecen en niños/as de 6 meses a 5 años de edad, suelen tener una duración corta (menor a 10 minutos) y ceder espontáneamente, sin necesidad de medicación anticonvulsivante, sin dejar secuelas.

- Pueden producirse tanto con bajas o altas elevaciones de la temperatura corporal.

 

- No sabemos quién puede tenerla y quién no.

- Aquellos/as niños/as que ya tuvieron una convulsión febril tienen más riesgo de repetirla, por lo que se aconseja en ellos/as administrar el antitérmico a partir de los 37,5 º de temperatura y no esperar a que llegue a 38º.

- Ante la presencia de ellas acudir al centro de salud más cercano al domicilio.

Comité Nacional de Pediatría General Ambulatoria 

Sociedad Argentina de Pediatría