El día Mundial de la Alergia se celebra anualmente el 8 de Julio. Esta fecha, designada por la Organización Mundial de Alergia, tiene como objetivo promover la conciencia sobre las enfermades alérgicas.
Las enfermedades alérgicas han aumentado notablemente su prevalencia en el presente milenio, generando un alto impacto a nivel de costos en salud y en la calidad de vida de los pacientes. Se estima que para el año 2050, la población mundial alcanzará los 9 a 10 billones de personas, de las cuales 2 a 4 billones padecerán alguna enfermedad alérgica.
Este tipo de patología se produce cuando el sistema inmunológico de un individuo genera una respuesta exagerada a una sustancia extraña (alergeno), que en condiciones normales debería ser tolerado. La aparición de este tipo de respuesta está influenciada por factores genéticos y ambientales.
La respuesta alérgica puede afectar distintos órganos y producir síntomas de intensidad variable. Es habitual su inicio en la infancia, produciendo manifestaciones clínicas como alergia alimentaria, dermatitis atópica, alergia respiratoria (rinitis y asma alérgicos), urticaria o angioedema, alergia a picadura de insectos y su forma más grave: la anafilaxia.
Considerando la tendencia actual, resulta de suma relevancia comprender los mecanismos que producen este aumento en la prevalencia. Sin duda los factores ambientales juegan un rol importante y comienzan a tener impacto desde la concepción y en los primeros años de vida. El estilo de vida occidental, la alimentación materna durante el embarazo (cuando es rica en alimentos ultraprocesados y azúcares), el nacimiento por cesárea, el uso indiscriminado de antibióticos en las primeras etapas de la vida, la disbiosis intestinal y la alimentación con fórmula en lugar de la lactancia materna exclusiva, son factores que se han relacionado con la disregulación del sistema inmunológico y el consecuente aumento de la prevalencia de estas patologías. Son por lo tanto ejes fundamentales para que el pediatra pueda intervenir con el fin de contribuir a revertir esta tendencia.
Estas enfermedades suelen tener un curso crónico, que inicia frecuentemente en la infancia y afecta la calidad de vida del paciente y sus familiares, que ven limitadas sus actividades en función de evitar la exposición a los alergenos.
La consulta precoz, el diagnóstico oportuno, el tratamiento adecuado y el acompañamiento por parte del especialista en Alergia e Inmunología son herramientas fundamentales para disminuir el impacto y mejorar la vida diaria de los pacientes.
Comité Nacional de Alergia