24 de marzo, día mundial de la TB

Día mundial de la tuberculosis          

            La pandemia por COVID-19 afectó el manejo de la tuberculosis (TB) en muchos aspectos. Los pacientes con TB encontraron importantes obstáculos para acceder a los servicios de salud. Entre ellos se encuentran las dificultades en el transporte hacia los centros de atención, los cambios en los servicios de atención de TB, y el temor a contraer COVID-19 durante la visita médica. La redistribución de recursos y de personal hacia la atención de pacientes con COVID-19 también impactaron negativamente en la atención de pacientes.

            Se registraron drásticas disminuciones en las notificaciones de TB a nivel mundial, y no podemos adjudicarlo a una mejoría de la situación de la TB. De hecho, modelos matemáticos predicen que, si la pandemia de COVID-19 condujo a una reducción global del 25% en la detección esperada de TB durante tres meses, es esperable un 13% de aumento de las muertes por TB, lo que lleva los niveles de mortalidad por TB a los de hace 5 años. En la Argentina, en 2020 la notificación de casos de TB se redujo 23,3% en menores de 15 años y 8,8% en el grupo de 15 a 19 años, con respecto a 2019. Lo cual nos lleva a esperar un aumento de casos en el próximo año. Además, las interrupciones en el suministro de medicación podrían favorecer un aumento de casos resistente a fármacos y su transmisión a los niños y adolescentes del entorno. Actualmente, ya estamos evidenciando un aumento de consultas con lesiones avanzadas, sobretodo en adolescentes.

            Las similitudes en la sintomatología, como tos, fiebre (aunque con diferentes tiempos de evolución) dificultan la evaluación. Siendo muchas veces en este contexto de pandemia, atribuidos al la COVID-19, sin embargo es importante recordar que la TB permaneció en nuestro medio e incluso se han reportado tanto en adultos como en niños, coinfecciones TB/COVID-19.

            Ambas enfermedades comparten determinantes sociales como la pobreza, el hacinamiento y la diabetes, que contribuyen a transformar la situación actual en una sindemia de proporciones globales.

            Debemos también recordar que esta pandemia nos mostró que es posible realizar una gran cantidad de pruebas moleculares (como PCR) y un estricto seguimiento de contactos, todas medidas que son las deseables para mejorar la lucha contra la TB.

            Por eso, el lema de la Organización Mundial de la Salud de este año es: “El tiempo está corriendo para alcanzar los objetivos en TB para el 2022”: Plan Mundial para Erradicar la Tuberculosis 2018-2022.