Fue instaurado por la Federación Internacional de Diabetes, la OMS y la OPS con el objetivo de concientizar en forma global a la población sobre la enfermedad, a través de la información y difusión de los conocimientos sobre los síntomas, las causas y el tratamiento de esta patología que disminuye las expectativas de vida por las complicaciones que pueden presentar quienes la padecen.
Se determinó el día en conmemoración del nacimiento da Frederick Banting, uno de los descubridores de la insulina en el año 1922, que permitió la extracción y la utilización exitosa de la misma. Este año conmemoramos los cien años de ese importante descubrimiento sanitario.
La Diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina (diabetes tipo 1, cerca del 10% de los casos) o cuando el organismo deja de producir insulina suficiente o no utiliza eficazmente la insulina que produce (diabetes tipo 2, cerca del 90% restante). La insulina es una hormona, segregada por las células beta pancreáticas, que regula la utilización de la glucosa. Es una hormona anabólica: aumenta la síntesis de proteína y la lipogénesis, a través diferentes vías metabólicas.
Síntomas de diabetes: poliuria (excreción en exceso de orina), polidipsia (sed intensa, aunque se beban líquidos en abundancia), polifagia (necesidad imperiosa de comer, y a pesar de ingerir grandes cantidades no tener saciedad), pérdida de peso, cambios en la visión y fatiga. Pueden presentarse repentinamente en la diabetes tipo1; en la diabetes tipo 2 los síntomas no son tan intensos y pueden pasar desapercibidos, con el riesgo de presentar complicaciones ya al diagnóstico.
El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento de la glucosa en sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos. Sin el tratamiento adecuado es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
La diabetes tipo 1 constituye una de las enfermedades crónicas más frecuentes en niños y adolescentes, representando un importante problema de salud; su incidencia está aumentando, especialmente en menores de 5 años, a un ritmo aproximado de 3 % /año.
La enfermedad tiene una larga historia: la diabetes se describe como patología alrededor del año 1550 antes de Cristo. Fue en el siglo XIX, alrededor del año 1850, que se logró distinguir entre la diabetes insípida y los dos tipos de diabetes mellitus más frecuentes.
La insulina es el gran descubrimiento científico que dio esperanza de vida a los pacientes con diabetes tipo 1, una enfermedad que en aquel momento era sinónimo de muerte. La diabetes de tipo 2, hasta hace un tiempo era patrimonio de la edad adulta pero, en los últimos años, relacionado con la epidemia global de obesidad y el sedentarismo, se ha observado un aumento de la frecuencia en todos los grupos etarios, incluyendo pacientes pediátricos.
Las complicaciones son más graves por el mayor tiempo de exposición a la patología, afectando etapas de máxima plasticidad del desarrollo, en periodos críticos de alta vulnerabilidad. El riesgo de diabetes de tipo 2 se ve determinado por la interacción de factores genéticos y metabólicos.
Dicho riesgo se eleva cuando factores étnicos, antecedentes de diabetes en la familia y un episodio anterior de diabetes gestacional se combinan con la presencia de sobrepeso y obesidad, alimentación no saludable, sedentarismo y tabaquismo.
Se puede prevenir mediante la adopción de estilos de vida saludables y manteniendo un peso corporal normal. Luego del diagnóstico, se puede controlar de manera eficaz con medicación y hábitos saludables. En cuanto a diabetes 1, hasta el momento, no hay forma de prevenirla, por lo cual es conveniente que la población en general tenga alerta y reconocimiento sobre los síntomas para el diagnóstico oportuno, de esta manera se evitarían complicaciones graves con alta morbimortalidad.
Hablemos de datos
La diabetes es la 4ª causa de muerte por enfermedades no trasmisibles en las Américas: la prevalencia en adultos fue de 8.3% en 2016.
Según 10th Atlas de Diabetes (2021) de la IDF (Federación Internacional de Diabetes):
Desde hace 40 años se han acumulado evidencias a partir de estudios controlados y randomizados, sobre el tratamiento intensificado de la diabetes tipo 1, que evita o retarda las complicaciones crónicas, permitiendo el crecimiento y desarrollo adecuados.
Para este tipo de tratamiento los pacientes requieren la provisión de análogos de insulina (menos riesgo de hipoglucemias), dispositivos para la aplicación segura de las mismas e insumos para monitoreos frecuentes de glucemia.
A 100 años del descubrimiento de la insulina aún hay millones de personas con diabetes en el mundo que no pueden acceder a la atención que necesitan.
La falta de acceso a la insulina sigue siendo uno de los principales obstáculos para el tratamiento eficaz y lleva a complicaciones innecesarias y muertes prematuras.
El centenario del descubrimiento de la insulina presenta una oportunidad única para reflexionar y establecer metas para lograr un cambio significativo para los más de 460 millones de personas que viven con diabetes y los millones más que están en riesgo.
Unida, la comunidad mundial vinculada al problema de la diabetes tiene los números, la influencia y la determinación para lograr el tratamiento óptimo que mejore la calidad y la expectativa de vida de los pacientes. El impacto de la diabetes ha abrumado a muchos sistemas de atención médica, en particular a los de países de ingresos bajos y medios.
Revertir el rápido aumento del número de casos y prevenir la aparición y evolución de las complicaciones de la diabetes debería ser un objetivo común.
Comité Nacional de Nutrición