Todo niño es una persona con identidad y derechos propios, cuyo desarrollo pleno depende de sus cuidadores y de su entorno.

El plexo de derechos reconocidos y garantizados por la Convención de los Derechos del Niño (CDN) justamente tiene por objetivo acompañar el desarrollo del niño, garantizar el ejercicio progresivo de sus derechos y comprometer a los adultos referentes en todo ese camino.

Es necesario escuchar sin prejuicios ni condicionamientos a los niños, para conocer sus necesidades y expectativas reales.

Durante la pandemia los niños, niñas y adolescentes revalorizaron los espacios de juego, las comidas compartidas y el tiempo que pasaron en familia. Esto lo tenemos que tomar como un elemento invaluable durante la consulta para seguir estimulando una crianza afectuosa y segura donde ellos sean escuchados

La pospandemia nos presenta muchos desafíos: la salud mental y la educación de nuestros niños son dos áreas que han sido concretamente afectadas, produciendo angustia, sufrimiento y desazón. La revinculación con los afectos, la pérdida de seres queridos durante la pandemia (muy especialmente abuelos y mascotas) sin posibilidad de acompañamiento y despedida, en muchos casos no les ha permitido realizar adecuadamente el duelo.

La salud o enfermedad de un niño desde una visión holística es un proceso dinámico que comienza a muy temprana edad y cuyos resultados se expresarán a lo largo del curso de su vida.

En la medida que este proceso permita el desarrollo pleno de sus capacidades, alcanzará “el más alto nivel posible de salud” (CDN art.24) y podrá en su vida adulta cumplir sus aspiraciones, afrontar sus necesidades e interactuar activamente con su entorno.

Para ello es necesario que

• Reciba una alimentación saludable desde el comienzo de su vida
• Reciba cuidados con cariño y responsabilidad.
• Reciba estimulación y aprendizaje desde temprana edad y según las etapas de su desarrollo.
• Pueda jugar libremente, ejercitando su cuerpo y mente desde lactante según su grado de madurez y desarrollo.
• Pueda vivir en un medio ambiente seguro
• Sea protegido de la violencia y del estrés
• Sea escuchado y que sus necesidades sean prioridad

Es parte de nuestra responsabilidad como pediatras promover el desarrollo pleno de los niños, así como detectar precozmente cualquier situación que vulnere o pudiera vulnerar sus derechos.

El “interés superior del niño” exige que su pleno desarrollo sea una preocupación de toda la sociedad, especialmente de quienes tienen responsabilidades en su cuidado y de quienes trabajan en el diseño y ejecución de políticas públicas para la infancia y adolescencia.

Subcomisión  de Derechos de la Niñez y Adolescencia