En el mes de noviembre se conmemora el 34 ° aniversario de la Convención por los Derechos del Niño, documento emitido por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, suscripto por nuestro país en el año 1990 y dotado de rango constitucional a partir de la reforma de nuestra Constitución en el año 1994. La Ley 26.061 del año 2005 establece la obligatoriedad de su cumplimiento por parte de todas las instancias públicas y privadas (Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes)
Esta Convención es el corolario del arduo trabajo durante todo el siglo XX de distintas organizaciones independientes y gubernamentales, que supieron reconocer la importancia fundamental de la protección de la infancia para el desarrollo de las naciones, junto a la búsqueda de un mundo más igualitario que contemple la mirada de diversas sociedades, credos y culturas. Desde su creación en el año 1946 UNICEF ha sido reconocida como la única organización como fuente de asesoramiento y asistencia en la materia
A lo largo de sus 54 artículos, busca garantizar a todo ser humano menor de 18 años las condiciones para alcanzar su pleno desarrollo físico, social y emocional, permitiendo su libre expresión, sin distinción de raza, color, idioma, nacimiento o cualquier condición del niño/niña, de sus padres o representantes legales. Reconoce a los menores de 18 años como agentes sociales, económicos, políticos, civiles y culturales.
En la actualidad continúan plenamente vigentes todos los principios de la Convención, ampliados desde los Protocolos Facultativos de los años 2000 y 2011, dirigidos a la protección de la infancia y adolescencia de las hostilidades en conflictos armados; la venta, explotación y abuso sexual de menores; y la autorización al Comité Internacional de los Derechos del Niño para denunciar e investigar sus violaciones por parte de los países firmantes.
El mundo mucho ha cambiado en los últimos años, merced al desarrollo de tecnologías digitales, el cambio climático, las agresiones medioambientales y los conflictos entre naciones con migraciones a gran escala, pero lamentablemente en forma simultánea perduran derechos básicos todavía vulnerados como el derecho a la alimentación, salud y educación, y la protección contra la violencia, todos estrechamente vinculados a la pobreza.
La SAP tiene como uno de sus propósitos principales y fundacionales velar por la salud plena física, emocional y social de la infancia y adolescencia. A tal efecto es la voz permanente de NNyA junto a sus familias, en el reclamo del cumplimiento de los compromisos asumidos por nuestro país en este acuerdo internacional.
Nuestro país vive momentos muy preocupantes en relación a la pobreza y la violencia de todo tipo, que castigan con mayor crueldad a nuestros pacientes. Los pediatras somos, junto a los docentes, los profesionales con más cercanía a las familias.
En las condiciones actuales, ejercer esta hermosa profesión, plena de satisfacciones afectivas, demanda un gran esfuerzo, que debe ser realizado en condiciones laborales dignas, que incluyen un ambiente adecuado de trabajo, con seguridad laboral y una remuneración acorde a los años de capacitación y dedicación comprometida para el cumplimiento de uno de los derechos básicos destacado por la Convención de 1989: EL DERECHO A LA SALUD DE NNyA.
Subcomisión de Derechos de la niñez y adolescencia.
Sociedad Argentina de Pediatría
Noviembre 2023