Las enfermedades reumatológicas son entidades inflamatorias crónicas poco frecuentes, su patogénesis involucra mecanismos autoinmunes y autoinflamatorios1. El diagnóstico de esta enfermedades es principalmente clínico, mediante interrogatorio y examen físico músculo esquelético exhaustivo y sistematizado (pGLAS)2 asociado a estudios complementarios en casos necesarios (laboratorio, ecografía, radiografías, entre otros).
Hoy en día gracias a los avances en el conocimiento de la fisiopatogenia de las enfermedades, así como también las opciones terapéuticas, con disponibilidad de nuevos fármacos para realizar un tratamiento dirigido al paciente3, nos permite plantearnos como objetivo reducir la actividad de la enfermedad a una enfermedad inactiva o en remisión clínica, minimizar los efectos secundarios de los medicamentos y así lograr una mejor calidad de vida de los paciente comparable a la de sus pares sanos4.
Se sabe que existe una ventana de oportunidad terapéutica para un control efectivo de la enfermedad y prevención de complicaciones5. En este mismo sentido se ha visto que una derivación temprana al especialista en reumatología infantil es esencial para su diagnóstico, tratamiento y pronóstico a largo plazo6.
Al tratarse de enfermedades crónicas, estas pueden influir en todos los aspectos de la vida de un niño y su familia, tanto físico como psíquico7, por lo que un diagnóstico oportuno y un tratamiento temprano podría mejorar ampliamente su pronóstico y evitar secuelas a largo plazo8.
Lamentablemente existen demoras significativas para arribar a un diagnóstico a nivel mundial9. Lo que es aún más grave: algunos de estos pacientes presentan un diagnóstico erróneo durante los primeros años de enfermedad hasta dar con el correcto10 11.
Es por este motivo que resulta esencial para toda la comunidad conocer sobre la existencia de las enfermedades reumáticas en pediatría para generar la sospecha diagnostica de enfermedades popularmente asociadas a la edad adulta “el reuma”. La artritis idiopática juvenil (AIJ) es una entidad que se caracteriza por inflamación articular de origen desconocido, que dura más de 6 semanas y se presenta en pacientes menores de 16 años de edad12. Es una de las enfermedades crónicas más comunes en la población pediátrica a nivel mundial y la más común de las enfermedades reumáticas crónicas en niños.13 Le siguen en frecuencia la fiebre reumática, el lupus eritematoso sistémico, la dermatomiositis juvenil y la esclerodermia.14
Con el objetivo de ayudar a mejorar el entendimiento y la comprensión de estas enfermedades, en 2019 la Sociedad Europea de Reumatólogos Pediatras (Pediatric Rheumatologists European Society, PRES) y la Red Europea para Niños con Artritis (European Network for Children with Arthritis, ENCA) estableció esa fecha como el Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas Juveniles o Día de la Palabra (WORD Day) y se convirtió actualmente en un evento anual de concientización global 15. A través de estas actividades pretendemos generar conciencia y conocimiento entre padres, pediatras, médicos de atención primaria, docentes y público en general para facilitar, ante todo, diagnósticos tempranos y derivaciones rápidas a reumatólogos pediátricos especializados. Esperamos que esta conciencia tenga un efecto dominó en todos los practicantes que entren en contacto con estos niños, mejorando el nivel de tratamiento que reciben estos niños y su pronóstico en todo el mundo.16
Grupo de Trabajo de Reumatología.
Bibliografía
Adolesc Health. 2019;3(1):8–9. doi: 10.1016/S2352-4642(18)30374-2.