El Día Mundial de la Tuberculosis tiene sus raíces en el descubrimiento de la bacteria que causa la tuberculosis (TB). El 24 de marzo de 1882, el Dr. Robert Koch anunció que había descubierto la bacteria responsable de causar la enfermedad. El objetivo de este día es sensibilizar sobre este grave problema de salud mundial, informar sobre la enfermedad y movilizar el apoyo necesario para poner fin a la TB.
Los datos del informe mundial sobre la TB publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fines de 2023 muestran que el número de personas diagnosticadas aumentó considerablemente superando incluso al de prepandemia por COVID-19. Este incremento se observó también en la población infantil y adolescente, y se estima que solo la mitad de los menores de 15 años han sido diagnosticados.
La Argentina también presentó un aumento de casos y esto es particularmente preocupante en población pediátrica. Hasta el momento los datos arrojan un incremento de alrededor del 13 % en adolescentes de 15 a 19 años. En los menores de 15 años este incremento fue de alrededor de un 30 % y además se observó un aumento similar en los fallecimientos. Esto es inaceptable para una enfermedad que tiene diagnóstico, tratamiento y posibilidad de prevención.
La TB en los niños y niñas más pequeños suele manifestarse con tos persistente, pérdida o aumento insuficiente de peso, fiebre prolongada con o sin sudoración nocturna, inapetencia y decaimiento. Los más grandes pueden presentar además dolor en el pecho, expectoración con sangre y cansancio inusual. En todas las edades una neumonía que no mejora con antibióticos también nos debe hacer pensar en TB. Si bien las formas pulmonares son las más frecuentes, la TB puede afectar cualquier órgano provocando formas muy graves como la meningitis cuyo aumento en los menores de 5 años es alarmante. Cabe destacar que la vacuna BCG protege muy bien contra la meningitis y las formas diseminadas y aunque en menor medida también protege contra la forma pulmonar. Para mejorar su rendimiento ésta debe colocarse en el recién nacido, en lo posible, antes del egreso de la maternidad y se debe verificar la cobertura de esta vacuna al igual que el resto del esquema de vacunación.
Si bien todavía no disponemos de una nueva vacuna y la centenaria BCG sigue siendo la única disponible, si contamos en los últimos años con nuevos métodos de diagnóstico como las pruebas moleculares rápidas, disponibles pero no generalizadas en la Argentina, que se afianzan como sustitutos de la microscopía y el cultivo. También contamos con esquemas de tratamiento más cortos para la infección (latente), para ciertas formas de TB sensible en menores de 15 años. Incluso el tratamiento de la TB resistente a fármacos es actualmente más corto y totalmente oral.
Las medidas de prevención son de suma importancia, dentro de estas, además de la vacunación, se encuentran el control exhaustivo de los contactos de pacientes con TB y el tratamiento de la infección (o infección latente) que constituye un reservorio de posibles TB activas. Sin prevención no se puede pensar en eliminar la TB. El bacilo de la TB, el Mycobacterium tuberculosis es uno de los patógenos humanos más exitosos y a nivel mundial, antes del COVID-19, la principal causa de muerte por un único agente infeccioso. Se ha adaptado al hombre hace decenas de miles de años y lo sigue haciendo, con la resistencia a los medicamentos.
No es una enfermedad del pasado es del presente. Para mejorar la situación de la TB debemos ante todo sospechar TB ante síntomas compatibles, realizar una búsqueda activa de casos, abordar la vulnerabilidad social, utilizar las nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento y abogar por una mayor visualización de esta problemática además de una mayor inversión en recursos e investigación.
El lema de este día de la tuberculosis 2024 mantiene el del año pasado: ¡Sí! Podemos acabar con la tuberculosis, con el objetivo de llevar un paso más allá este mensaje esperanzador.